Mi nombre es Julia López y soy de Barcelona. Desde 2016, trabajo para Harvest, una empresa “remote-first”, como desarrolladora de Software. Antes de tener esta oportunidad, la idea de trabajar en remoto no era algo que me llamara la atención. Nos pasamos mucha parte de nuestra vida trabajando y tenía miedo que, entre otras cosas, mi vida social se viera seriamente perjudicada al no tener una oficina a la que ir. Afortunadamente, en esa época ya se oía hablar de coworking en Barcelona. Acepté la oferta y empecé a buscar un lugar en el que me sintiera cómoda.

Durante tres años “me moví” bastante, no sólo trabajé desde diferentes coworking en mi ciudad, sinó que me fuí a explorar el mundo. He trabajado desde oficinas de amigos, coworkings, cafeterías, restaurantes, estaciones de tren, aeropuertos, entre otros variopintos lugares en diferentes ciudades de América, África, Europa y Asia. Me convertí en lo que ahora se llama una Digital Nomad… hasta que llegó la pandemia.

El COVID me obligó a hacer las maletas y volver a casa. Tras los meses iniciales de confinamiento, cuando Barcelona se volvía a abrir un poquito, me animé a buscar un lugar en el que me sintiera a gusto. Después de la experiencia de viajar por diferentes partes del mundo, conocer mucha gente diferente y no tener “un sitio fijo”, tenía muy claro lo que quería. Mi propia mesa, una silla cómoda, mucha luz, tranquilidad, cercanía y un grupo de gente estable con el que pudiera conectar.

Y así es como en septiembre de 2020 encontré Singular Cowork. Aquí he encontrado el lugar que cumple todos mis requisitos y la estabilidad que necesitaba. Singular Cowork está a la vez muy bien comunicado y en una calle super tranquila en Gracia, en mi opinión el barrio más bonito de Barcelona. Es súper luminoso y todos los detalles están muy cuidados para maximizar la comodidad de todos los coworkers. Por último, pero no menos importante, estoy muy contenta de la comunidad que estamos construyendo entre todos y de todas las cosas que están por venir!

No descarto volver a echar el vuelo en un mundo post pandémico pero ya no voy a irme tanto tiempo y ahora puedo decir que he encontrado “mi sitio fijo” al que siempre volveré.